Parte de los planes japoneses para el ataque incluían el romper negociaciones con los Estados Unidos 30 minutos antes del ataque. Diplomáticos de la embajada japonesa en Washington, incluyendo al embajador japonés, Almirante Kichisaburo Nomura y al representante especial Saburo Kurusu, habían estado conduciendo extensas charlas con el Departamento de Estado acerca de las reacciones de los Estados Unidos al movimiento japonés sobre Indochina en el verano.
Justo antes del ataque, un largo mensaje fue enviado a la Embajada desde la Oficina de Relaciones Exteriores en Tokio (codificado con la máquina criptográfica PURPLE), con instrucciones de enviarlo al Secretario de Estado Cordell Hull poco después de que el ataque planeado fuera a empezar (13:00 horas de Washington). Debido a las demoras en el descifrado y la transcripción, el personal de la Embajada no pudo cumplir con sus instrucciones. El largo mensaje de ruptura de las negociaciones fue enviado mucho después de que el ataque empezara.
Los registros japoneses admitidos como evidencia en una audiencia del congreso mostraron que los japoneses no habían siquiera escrito una declaración de guerra hasta después que oyeron noticias del ataque exitoso a Pearl Harbor. La declaración de guerra de dos líneas finalmente fue entregada al Embajador Grew unas diez horas después que finalizara el ataque. Se le permitió enviarla al gobierno de Estados Unidos donde fue recibida el lunes por la tarde.
Estados Unidos había descifrado ambas partes del mensaje final mucho antes que la Embajada Japonesa hubiera terminado. El decodificar la segunda parte fue lo que llevo al general George Marshall a enviar su famosa advertencia a Hawái esa mañana, la cual terminó siendo entregada por un joven mensajero japonés-estadounidense, al general Walter Short en Pearl Harbor varias horas después de la finalización del ataque. El retraso se debió a que el General Marshall había salido de maniobras cuando la Marina pidió usar el sistema de comunicación del Ejército y a las dificultades con las comunicaciones del Ejército, por lo que fue finalmente transmitido por cable comercial y de alguna manera perdió carácter de urgente.
Tenían un humillante trato diplomático siendo que querían convertirse en una gran potencia. Causa directa: le pedían que abandonara al eje y que abandonara los territorios ocupados en China.
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